
Italia ingresó en el Seis Naciones en el año 2000 y desde allí comenzó a recorrer un camino de adaptación que le deparó alegrías y también grandes caidas. El andar no es fácil para esta seleccion y los números son significativos en su primera década en el rugby de primer nivel europeo.

El 5 de febrero de 2000 fue una fecha histórica para el rugby italiano. Ese día, en el estadio Flaminio de Roma y ante una multitud, comenzaba su carrera en el torneo más importante del continente. El rival fue Escocia y el local rompió con todos los pronósticos al imponerse por 34-20 con una gran tarea del argentino Diego Domínguez, autor de 29 puntos. Fue la única alegría de aquel año, porque después le sucedieron cuatro derrotas que lo ubicaron en la última posición junto a quien había sido su única víctima.
Los dos años siguientes se caracterizaron por las derrotas, incluso se llevó la Cuchara de Madera, distinción otorgada a los equipos que no suman puntos a lo largo del torneo.
En 2003 tuvo nuevamente un debut imprecionante y ante 20 mil personas, en Roma, vencieron 30-22 a Gales, otra vez con Domínguez como exponente en el marcador. Ese buen inicio quedaría allí; la historia se repetiría y cuatro caídas en fila lo bajarían a la realidad.

Al año siguiente, Italia volvió a derrotar a Escocia (20-14 en la tercera fecha), pero quedó relegado ante los demás equipos. En 2005, solo hubo frustraciones y una nueva Cuchara de Madera. 2006 depararía apenas un un empate en 18 con Gales.
2007 fue el año más importante de la Azurra, que por primera vez iba a conseguir dos victorias en un mismo torneo. Sus derrotados fueron los de siempre: Escocia y Gales. Al Cardo lo volvería a vencer en 2008, en el que sería su único triunfo en aquel certamen.
Las últimas dos temporadas no se salieron del cauce. En 2009 se llevó la Cuchara de Madera y en 2010 sumó solo dos puntos, merced a un nuevo triunfo sobre Escocia.
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